Que nos cuidamos y estamos preocupados por nuestra salud es un hecho, pero sin saberlo estás cometiendo algunos errores que hacen tus comidas menos nutritivas. Aprende cómo evitarlos con el siguiente artículo
Ya sabemos lo importante que es planear nuestras comidas; ir al supermercado sin hambre para no terminar picoteando algo con lo que nos arrepentiremos después; que el deporte es salud y necesario ya está más que asumido, pero aún así existen algunos detalles que se te escapan.
Índice
No vayas a comprar cuando tienes hambre
Suena lógico… Si tienes hambre, y acudes a un lugar donde puedes «comprar calorías» con total comodidad, el éxito para adquirir productos que no son nada recomendables está asegurado.
Tal como animales que somos, actuamos por instinto. Hoy en día, para algunas personas, este instinto se vuelve en su contra y provoca que aquel paquete de galletas, o ese bote de salsa tan apetecible, se deposite en nuestro carrito de la compra, o que la mayor parte del tiempo permanezcas en los pasillos de la comida procesada.
Por ello, son importantes dos cosas: lleva siempre una lista de la compra, y por otro lado, evita ir a comprar antes de comer o con el estómago vacío…
Dejarte guiar por etiquetas engañosas
Deshacerse de las telarañas del marketing y la publicidad engañosa no siempre es fácil, pero aprender a leer las etiquetas debe ser básico antes de meter un producto en nuestra cesta de la compra.
Por un lado, optamos por el yogur bajo o carente de grasas porque pensamos que es más saludable. Sin embargo, lo que no sabemos es que muchas ocasiones esos productos son adulterados con azúcar y edulcorantes para hacerlos más palatables, lo que termina empeorando su perfil nutricional.
Por otro lado, las dietas milagro se han encargado de demonizar primero las grasas y después los hidratos de carbono, consiguiendo que nuestros menús se conviertan en comidas poco saciantes y finalmente insanas.
No se trata de huir de las grasas, sino de incluirlas en nuestra dieta de forma saludable, por medio de alimentos como el aguacate, los frutos secos, o los diferentes aceites. Si quieres saber cuánta cantidad de grasas necesitas en tu día a día, podrás encontrar información mas detallada en el siguiente post
Cocinar las verduras en exceso
Las verduras no son santo de devoción para todos los paladares, y muchas veces tendemos a cocinarlas en exceso. Este pequeño detalle está haciendo que tus platos pierdan valor nutricional.
La manera más recomendable de ingerir verduras será sin cocinar, ya que su aporte nutricional permanece intacto.
Pero cuando encender fogones se vuelve imperativo seguir algunos consejos con los que mantener esas vitaminas y minerales:
- Mantener los alimentos en frío y lejos de la luz, para que no pierdan propiedades
- Siempre que sea posible evitar pelarlos, ya que perderán parte de sus nutrientes, entre ellos la fibra
- Cocinar a fuego lento sin que lleguen a perder toda su consistencia
- Cocer durante poco tiempo y poca agua
- Cocinar al vapor siempre que sea posible
Cocinar con aceites poco recomendados
El aceite de oliva está muy extendido en las cocinas españolas, pero su alto precio hace que no siempre sea así. Es por ello, que queremos señalas los aspectos clave a tener en cuenta cuando hablamos de aceites óptimos para freír:
- Contener una baja cantidad de PUFAs (ácidos grasos poliinsaturados), o cantidades significativas de antioxidantes, que protegen estos ácidos de ser oxidados
- Estar libre de colesterol
- Tener un alto punto de humeo (punto de calentamiento de una sustancia, donde se hace visible el humo)
Ahora que sabemos esto, algunos candidatos vienen a la mente, como el aceite de oliva, girasol, coco, aguacate, palma o corza, pero en función de qué platos cocinemos, algunos serán más recomendables que otros.
Si queremos freír o cocinar a altas temperaturas, lo recomendable es usar oliva o de coco. Sin embargo, emplear aceite de aguacate para ensaladas o de coco para postres, puede ser una opción saludable y diferente.
Comer siempre lo mismo
Obviamente, si mantienes una cierta monotonía en tu dieta, acabarás cansándote de ella (falta de adherencia) lo que supondrá que fácilmente, en cualquier ocasión, te olvides de ella y comas algo que está fuera de lo planificado.
No tienes por qué comer siempre lo mismo. Un buen plan de alimentación consiste en aportar los nutrientes que nos son necesarios de la manera más cómoda, apetecible, amena, y que nos permita mantener dicho plan a largo plazo.
Por supuesto que podremos reservar alguna comida especial, y que aunque sea diferente de lo que comamos, a nivel calórico y de fuentes alimentarias (pizza, helado…), no deberá hacernos olvidar que nuestro plan está marcado y debemos seguir con él, ya que irá en beneficio de nosotros mismos.
No planificar tus comidas
A colación de lo anterior, si das rienda suelta a que cada día comas lo que primero se te pasa por la cabeza, te será complicado seguir nuestro planing nutricional. Si te marcas un objetivo para mantener unos hábitos alimenticios saludables, planificar tus platos en función a las calorías y macronutrientes que te son necesarios, será esencial.
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