¿Por qué es tan reticente la Medicina a la Suplementación Deportiva?
Vamos a explicar motivos por los cuales, es posible, que tu médico esté en contra de tomar suplementos.
Índice
- 1 Una situación incómoda con tu médico
- 2 Desconocimiento y falta de formación
- 3 La regulación comercial de los suplementos es mucho más laxa que la de los fármacos
- 4 Falsas asociaciones con el «culturismo undergroun» y prácticas de dopaje
- 5 Contaminación cruzada con otras sustancias
- 6 Asociación de proteína y enfermedad renal crónica
- 7 Falta de empatía con el deportista y sus objetivos
- 8 Alteraciones analíticas del deportista interpretadas como patológicas
- 9 Entonces, ¿los suplementos son malos?
- 10 Conclusiones
Una situación incómoda con tu médico
Entras a la consulta de tu médico de atención primaria.
Te sientas. Todo parece ir bien. Un simple resfriado te ha llevado a consulta. Nada grave. Te hace algunas preguntas, ausculta, y te prescribe un antitérmico pautado cada 8 horas. Sin problema…
Oh, espera…
En la analítica la creatinina y transaminasas están en el límite superior de la normalidad.
Lo cual hace reflexionar al facultativo al no tratarse de un “patrón de normalidad”
- -¿Tomas algún suplemento que no me hayas contado?
- -Sí, tomo proteína de suero después de entrenar (…empiezas a sentir que has hecho algo mal…)
- -¿Cómo?
- -Sí, eso
La situación se vuelve algo tensa. Sales aleccionado de la consulta. Te aconsejan que, bajo ningún concepto, tomes suplementación “de gimnasio”.
¿Os ha pasado alguna vez?
En el año 2018 esta situación sigue perpetuándose en los diferentes centros de atención primaria, especialidades y hospitales. Recibo mensajes casi a diario de chicos y chicas, normalmente jóvenes y deportistas, que se encuentran en esta situación.
Hoy vamos a analizar, desde una posición lo más empática posible, el por qué de esto
Desconocimiento y falta de formación
Es duro asumirlo para los que se situan al otro lado de la mesa (los profesionales) pero no están formados para todo.
El ego de los médicos, hipertrofiado más frecuentemente de lo que debería, impide asumir lo evidente: no saben sobre deporte, entrenamiento, actividad física, planificación deportiva, nutrición y por contigüidad, suplementación deportiva.
Esto se podría suplir de forma más o menos acertada incluyendo alguna asignatura, incluso alguna optativa, durante la carrera de Medicina. Pero no ocurre así.
De esta forma tenemos cientos de médicos egresados todos los años que conocen las rutas metabólicas más complejas, las enfermedades más raras y los tratamientos farmacológicos más novedosos, pero no saben dar unas pautas de ejercicio físico BÁSICAS a los pacientes que tienen delante.
Siendo el ejercicio físico una polipíldora que previene hasta 26 patologías1, esto es difícilmente justificable
Así que cuando tu médico te frunza el ceño al hablarle de proteína o creatina, piensa que para él es algo desconocido. No controla “posologías” recomendadas.
La regulación comercial de los suplementos es mucho más laxa que la de los fármacos
En este punto rompo una lanza a favor de mi gremio. En cuanto a regulación comercial y garantías de seguridad y calidad, la industria de los suplementos deja MUCHO que desear.
A día de hoy, hemos visto de todo, desde proteína y otros suplementos adulterados con otras sustancias dopantes, hasta etiquetas que no cumplen con el % de proteína prometido, “rebajando” la cantidad de proteína aportada por scoop de formas poco éticas, hasta sustancias comercializadas que rozan el límite de lo legal, y otras muchas retiradas del mercado por efectos adversos importantes.
Sí, esto también ocurre con los fármacos y muchos han tenido que ser retirados de la misma manera. Pero al menos, en el mundo de la farmacología, los médicos tenemos un sistema perfectamente estructurado, cada vez más regulado y con ciertas garantías de que lo que se comercializa es seguro para el paciente.
Por lo tanto, cuando tu médico sea reticente a que tomes este tipo de sustancias, piensa en que su intención es protegerte de potenciales “efectos adversos” de dichas sustancias.
Falsas asociaciones con el «culturismo undergroun» y prácticas de dopaje
Para la Medicina, el mundo de los suplementos y del “músculo” se asocia directamente con algunas subculturas underground no demasiado bien consideradas.
El culturismo no ha tenido muy buena prensa dentro del ámbito médico
Esto es, en parte, de forma justificada por las prácticas abusivas e insanas llevadas a cabo por parte de este colectivo: dopaje implícito, trastornos de la conducta alimentaria, preparación para competición que son un atentado a la fisiología, toma de fármacos sin control, cargas y volúmenes de entrenamiento que facilitan la lesión enormemente y un largo etcétera.
En definitiva, si somos sinceros, el mundo del culturismo y otros deportes relacionados con la cultura del músculo ha dado motivos más que suficientes a la Medicina para que se nos arrugue una ceja cuando alguien entra por la puerta contando ciertas prácticas.
Eso sí, cada vez tenemos más claro que el músculo como órgano es fuente de salud, que tenemos que preservarlo en la mayor medida posible, que el entrenamiento de fuerza es vital para mantener y optimizar la salud
Contaminación cruzada con otras sustancias
No será la primera ni la última vez que en las noticias aparece un titular mencionando algo así como “retirada de X suplemento por contener trazas de Y sustancia dopante”. Esto es una realidad.
Existen los suplementos adulterados, en parte por la laxa regulación de la industria de los suplementos.
Esto, como comprenderéis, da miedo a los señores y señoras de la bata blanca
Asociación de proteína y enfermedad renal crónica
Este es un tópico del que no conseguimos deshacernos de forma definitiva. Aún, a día de hoy, el grueso de profesionales de la Medicina sigue teniendo un convencimiento firme de que la proteína “en exceso” en personas sanas puede facilitar o acelerar la aparición de enfermedad renal crónica.
El problema es que ese “exceso” no está bien definido y que la mayoría sigue acogiéndose a las, demostradamente insuficientes, recomendaciones de 0,8 grs/kg de peso corporal
Recientemente, otro metaanálisis nos trajo la misma conclusión que ya sabíamos: las dietas altas en proteína en personas sanas y sin patología renal pre-existente NO producen deterioro de la función renal2.
La cosa cambia si posees alguna alteración de la función renal, eres monorreno o tienes antecedentes familiares de enfermedad renal
Falta de empatía con el deportista y sus objetivos
La población general es sedentaria y no deportista.
7 de cada 10 adultos son sedentarios
En el ámbito médico existe, por mucho que os sorprenda, una gran prevalencia de sedentarismo, tabaquismo, mala dieta y estrés crónico. Esto está parcialmente justificado por las condiciones laborales tan duras a las que a veces estamos sometidos.
Pero, por otro lado, siempre he sido de la opinión de que un profesional de la salud no puede pasar consulta con una coca-cola encima de la mesa (lo he visto).
Si hay alguna estrategia que aporte un 5% de ventaja respecto a no llevarla a cabo, LA LLEVARÁ A CABO. Esto es algo que frecuentemente no entendemos los que nos situamos al otro lado de la mesa.
¿Para qué quieres tomar proteína? ¿Para qué quieres entrenar 3 horas al día? ¿Por qué estás tomando 180 grs de proteína diarios?
Igual que empatizamos con el cantante profesional que sacrifica el tiempo con su familia por irse de gira, o entendemos el riesgo que corre un piloto de fórmula uno en cada carrera, deberíamos ser más comprensivos con el estilo de vida elegido por cada uno.
Esto se ve reforzado aún más cuando comprobamos que la mayoría de personas deportistas, de competición o no, se preocupan mucho más por su salud que el ciudadano medio.
Por lo que, el potencial perjuicio derivado de prácticas “que se alejan de la normalidad”, se vería en todo caso contrabalanceado con unas mejores decisiones respecto a estilo de vida
Alteraciones analíticas del deportista interpretadas como patológicas
Es bien sabido que, el deporte especialmente llevado a cabo a intensidades y volúmenes de trabajo elevados, produce un compendio de alteraciones analíticas que podríamos definir como “analítica del deportista”.
Resumiendo, existen diferentes enzimas como CK o transaminasas que podrían aparecer elevadas en respuesta a un entrenamiento intenso sin suponer una patología, siempre y cuando,dicha elevación entre dentro de márgenes razonables.
La creatinina y urea, al estar directamente relacionadas con la masa muscular y la ingesta proteica, también pueden situarse en el margen superior de la normalidad o estar levemente elevadas en deportistas.
Frecuentemente varones dedicados a deportes de fuerza/potencia
En el espectro de la resistencia, la bilirrubina también puede elevarse por enzima de valores estándar por los microtraumatismos repetidos que supone la carrera de larga distancia, por ejemplo.
Cuando tu médico ve estas alteraciones, una bombilla de alarma se enciende en su cabeza…
Entonces, ¿los suplementos son malos?
Los suplementos son suplementos. Ni malos ni buenos.
Son herramientas que, utilizadas de forma adecuada, pueden tener un beneficio, que siempre será secundario, ya hablemos de salud, rendimiento o estética, a unos adecuados hábitos de vida.
Ejemplo de la proteína de suero
Es ampliamente consumida por gran parte de la población deportista. Tómala en el caso de que te sea difícil o poco práctico llegar a tus requerimientos de proteína diarios con alimentos convencionales, quieras ganar masa muscular o estés tratando de perder grasa.
En todos estos casos y para aportar números redondos, el consumo puede variar desde 1 a 2 grs/kg de peso corporal, con variables como volumen de entrenamiento, intensidad, tipo de entrenamiento, % de grasa corporal y masa magra modulando si tu recomendación se acerca más al 1 o al 2.
Conclusiones
Llegará el día, en el que el médico considere a la suplementación deportiva de la misma forma que la suplementación estándar que utilizamos a diario con nuestros pacientes (hierro, ácido fólico, vitamina D, omega-3, fórmulas nutricionales, por mencionar unas pocas).
Solo es cuestión de tiempo y formación
Fuentes Bibliográficas
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- Devries MC, Sithamparapillai A, Brimble KS, Banfield L, Morton RW, Phillips SM. Changes in Kidney Function Do Not Differ between Healthy Adults Consuming Higher- Compared with Lower- or Normal-Protein Diets: A Systematic Review and Meta-Analysis. J Nutr [Internet]. 2018 Nov 1 [cited 2018 Nov 26];148(11):1760–75. Available from: https://academic.oup.com/jn/article/148/11/1760/5153345
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- Volek JS, Volk BM, Gómez AL, Kunces LJ, Kupchak BR, Freidenreich DJ, et al. Whey Protein Supplementation During Resistance Training Augments Lean Body Mass. J Am Coll Nutr. 2013;
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- Devries MC, Phillips SM. Supplemental protein in support of muscle mass and health: Advantage whey. J Food Sci. 2015;
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Falsas asociaciones - 100%
Contaminación cruzada - 100%
Conclusiones - 100%
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Os cuento mi situación: Llevo 8 meses en el gimnasio y hace 3 meses por casualidad vi un vídeo en youtube sobre suplementos, a raíz de esto me empecé a informar mucho sobre los suplementos, en especial la creatina.
Avisé a mis padres anteriormente y la primeras respuestas que recibí fueron:
«Dejate esas mierdas», «Que mala es esta edad», «Acaso quieres tener problemas en el riñón».
A raíz de esto le dije a mi padre de ir al médico de cabecera de mi pueblo, como yo esperaba iba a ser una mala idea.
Pues así fue, recibí las mismas respuestas que mis padres:
«La gente que está así no es normal», «Tu eres joven y no te hacen falta esas cosas», «Si los medicamentos pasan pruebas y son malos, imagínate eso que no pasa ninguna prueba (con todos los estudios que hay…)».
Total que me quedo con las mismas que estaba y todo por la bendita ignorancia sobre el asunto.
¿Alguna solución?
La solución pasa, a mi entender, por hacer un esfuerzo de entendimiento de tus padres y ese profesional que seguro quiere lo mejor para tí. Más allá de eso, si de verdad quieres suplementarte con creatina puedes hacer el esfuerzo de imprimir varios de los (muchos) estudios de seguridad que hay actualmente disponibles con creatina, tanto en población clínica como en deportistas, y demostrarles a ambos que efectivamente es segura y útil en cuanto a mejora del rendimiento deportivo. Un abrazo.
¡Enhorabuena por este artículo! soy médico de AP y deportista y me he tenido que enfrentar muchas veces a esta situación, primero como paciente y segundo como profesional.
A mi juicio subjetivo (y creo que coincido contigo en todo o casi todo) el superEGO y la falta de formación y reciclaje del médico, en algunos ámbitos, genera esta situación de ignorancia completa en estos temas y los siguientes consejos paternalistas estúpidos («HAZME CASO A MÍ QUE SOY MÉDICO Y QUE YO SÉ DE ESTO MÁS QUE LOS OTROS…NO HAGAS ESTO Y NO HAGAS LO OTRO Y VERÁS QUE BIEN TE VA…»).
Esto genera a su vez un rechazo y desconfianza por parte del paciente (hacia el profesional y a veces hacia el colectivo) que al final provoca confusión y desconocimiento… lo que puede conllevar a que la persona busque por su cuenta sin un asesoramiento correcto (ya sea de Nutricionistas, Especialistas en la materia, Médicos…) y nos encontramos con consumos de sustancias que hacen más mal que bien, por no ser las adecuadas, estar adulteradas, ser de mala calidad… etc….
Por ello te felicito por este post tan ilustrativo y lo comparto. Espero que mucha gente lo lea. Magnífico.¡Gracias!
Muchísimas gracias Teresa. Espero que muchos más médicos como tú ayuden a cambiar esta situación tan incómoda. Como bien dices, parece que el médico no tiene derecho a no saber y se defiende ante la ignorancia con paternalismo, algo que sin duda repercute en el paciente. Pasa con la suplementación deportiva como con tantísimas áreas que no dominamos pero pensamos que sí, o simplemente no somos capaces de reconocer que no tenemos ni idea. Un fuerte abrazo.