¿Podría un enjuague de ácidos grasos disminuir nuestro apetito?
En nuestro artículo de hoy analizaremos:
- Cómo nuestra fisiología reacciona al sabor graso.
- Por qué hay personas que son más sensibles a la grasa que otras y para finalizar.
Índice
- 1 ¿Por qué hay personas que se sacian más que otras?
- 2 Grasa y Apetito
- 3 Sensibilidad al sabor graso, ¿es igual para todos?
- 4 Enjuague de Ácidos Grasos para reducir la ingesta calórica
- 5 ¿Por qué produce saciedad los ácidos grasos?
- 6 Otras estrategias para aumentar saciedad y disminuir la ingesta calórica
- 7 Conclusiones
- 8 Bibliografía
- 9 Entradas Relacionadas
¿Por qué hay personas que se sacian más que otras?
La epidemia de obesidad y enfermedad metabólica sigue haciendo estragos.
No obstante, parece que nuestra forma de luchar contra ella ha pasado de buscar culpables directos (azúcar, grasas, carbohdiratos) a indagar un poco más allá.
Sí, sé lo que estás pensando, no hay una única respuesta y es algo multifactorial: ultraprocesados, background socioeconómico desfavorable, ambiente obesogénico, marketing agresivo, poca educación nutricional y un millón de etcéteras.
Si intentamos contestar esta pregunta nuclear, además de todo lo anterior, deberíamos centrarnos en la siguiente respuesta: algunas personas se sacian menos que otras.
Posteriormente, debemos intentar entender desde un punto de vista científico por qué esto es así.
Grasa y Apetito
Empezamos con un poco de fisiología…
Tenemos quimiorreceptores en el tubo digestivo que son sensibles a la grasa.
Al entrar en contacto con los ácidos grasos producen la liberación de hormonas que se relacionan con la saciedad, además de enlentecer el vaciado gástrico.
Es una de las formas de mantener el equilibrio entre ingesta energética y gasto energético y se ha conservado a lo largo de los miles y miles de años de evolución.
Es bien conocido que tenemos amilasa en la saliva para empezar a digerir el almidón en ese primer tramo del tubo digestivo.
Lo que pocos saben es que también contamos con una pequeña cantidad de lipasa salival.
Sensibilidad al sabor graso, ¿es igual para todos?
La sensibilidad al sabor graso es un elemento que está condicionado por nuestros hábitos y nuestra genética.
Que por lo tanto tiene más posibilidades de:
- Consumir más cantidad de alimentos ricos en grasa.
- Tener sobrepeso y obesidad.
Siguiendo esta línea argumental aquellas personas con menor sensibilidad al sabor graso tendrían más problemas para regular la ingesta energética.
Enjuague de Ácidos Grasos para reducir la ingesta calórica
Estudio
Se elaboró un enjuague con un contenido determinado de ácido oleico y se administró a 31 sujetos con un IMC que iba desde 23 a 39. Teníamos por tanto sujetos en normopeso, sobrepeso y obesos.
Los resultados fueron interesantes, puesto que los indicadores de hambre disminuyeron significativamente en aquellos que recibieron el enjuague de ácidos grasos durante los siguientes 150-180 minutos a la ingesta.
No respondedores
Pero no todos respondieron de la misma forma.
Como anticipábamos antes, algunos eran menos sensibles al sabor graso, y estos respondieron menos.
Tristemente, existe cierta correlación entre el IMC y la “hiposensibilidad” al sabor graso.
¿Por qué produce saciedad los ácidos grasos?
Hemos comentado que esta saciedad generada por el enjuague atiende a fenómenos de unión de ácidos grasos con quimiorreceptores bucales y la liberación de ciertas hormonas intestinales (péptido YY, colecistoquinina, etc.) que disminuyen el vaciado gástrico.
No obstante, no podemos descartar un efecto central.
Seguro que habéis escuchado que se utilizan en competición de diversas modalidades deportivas los enjuagues de carbohidratos para aumentar el rendimiento, tal como ya vimos en este artículo.
La hipótesis más sólida hasta el momento es que los quimiorreceptores bucales sensan la “energía disponible” de los carbohidratos y mandan un mensaje al sistema nervioso central diciendo “tranquilo, queda aún energía, dale más caña”.
Podríamos estar ante algo similar pero a nivel de ácidos grasos, y estos quimiorreceptores podrían estar diciendo al cerebro algo así como “no comas más, hay energía suficiente”.
Otras estrategias para aumentar saciedad y disminuir la ingesta calórica
No nos olvidemos de otras estrategias ya conocidas para disminuir la ingesta y favorecer la saciedad:
Evitar alimentos y combinaciones hiperpalatables
Es extremadamente difícil no hacer una sobreingesta de Nutella, porque está diseñada (esa es la palabra exacta) para que te excedas en su ingesta, bypasseando por completo todos tus mecanismos reguladores de hambre-saciedad.
De igual forma, sabemos que combinaciones de alimentos farináceos (harinas, almidones) con alimentos grasos generan más palatabilidad y menos saciedad.
Es el caso de los burritos, la pizza o el bocadillo de queso.
No pierdas de vista el efecto buffet
A más variedad de alimentos, menos saciedad. Limita la variedad de alimentos si lo que quieres es disminuir la ingesta.
Comer “de todo” con moderación puede no ser una buena directriz.
Evita añadir elementos como sal y adherezos a tus comidas
También incrementan la palatabilidad de las mismas.
Conclusiones
En definitiva, si queremos vencer la obesidad y mantener un peso adecuado tenemos que entender cómo nuestro cuerpo regula la ingesta.
Respecto a la grasa, tenemos quimiorreceptores en la boca (además de en el tubo digestivo) que pueden ser “hackeados” con un enjuague de ácidos grasos, aumentando la saciedad en las horas posteriores.
Esto, por el momento, es una estrategia no estandarizada y evaluada en un solo estudio.
Aquellas personas con obesidad y sobrepeso, además de tener resistencia a la insulina y a la leptina, tienen “resistencia al sabor graso”, lo que es lo mismo que decir que necesitan más cantidad de ácidos grasos para generar una respuesta de saciedad.
Esto puede estar detrás del exceso de ingesta energética.
Existen métodos de andar por casa para disminuir la ingesta energética:
- Evitar alimentos y combinaciones peligrosas.
- Huir del efecto buffet (a más variedad, más comerás).
Hasta aquí el post de hoy compañeros. Un fuerte abrazo y a seguir empoderando.
Bibliografía
- Costanzo, A., Russell, C. G., Lewin, S., & Keast, R. (2020). A fatty acid mouth rinse decreases self-reported hunger and increases self-reported fullness in healthy Australian adults: A randomized cross-over trial. Nutrients.
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