¿Cómo se destruye la flora intestinal?

¿Cómo se destruye la flora intestinal?

Una flora intestinal equilibrada es la mejor fuente de salud y bienestar, pero si está dañada empiezan a aparecer las enfermedades y diferentes síntomas como el cansancio. Por ese motivo, la regeneración de la flora intestinal debe ser uno de nuestros principales objetivos. Pero, ¿qué elementos son beneficiosas y cuáles perjudiciales?, ¿cómo podemos saberlo? Aquí te lo contamos.

¿Qué consecuencias tiene una flora intestinal dañada?

Es posible que sepas que la flora intestinal dañada puede causar enfermedades crónicas, como las enfermedades intestinales, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn o del sistema digestivo. Pero seguro que ignoras qué otras consecuencias puede tener. Por ejemplo, las personas con sobrepeso tienen una flora intestinal diferente que las personas delgadas, y lo mismo sucede con las personas autistas o que sufren reumatismo.

En 2004 se realizó una investigación médica sobre la revisión de las causas de la disbiosis intestinal en la que se pudo ver que los cambios negativos en la flora intestinal (disbiosis) contribuyen al desarrollo de muchas patologías crónicas y degenerativas, como el síndrome del intestino irritable, la inflamación intestinal, la artritis y la espondilitis anquilosante (enfermedad reumática que causa rigidez en la columna vertebral).

Los investigadores observaron que el estilo de vida occidental relacionado con una dieta poco saludable, la frecuente ingesta de antibióticos y las situaciones de constante estrés tiene un efecto muy perjudicial, por lo que recomendaron suprimir estos factores.

La conclusión a la que llegó este estudio es que la flora intestinal no afecta únicamente a los intestinos, sino que repercute en nuestra salud a todos los niveles, tanto en el bienestar físico como en el emocional. Su desequilibrio puede causar patologías de todo tipo.

Una flora intestinal sana garantiza más defensas a nuestro organismo

La flora intestinal está compuesta por billones de bacterias que colonizan nuestro sistema digestivo. Su número supera diez veces al de nuestras células. Entre ellas se encuentran las que son beneficiosas, llamadas probióticas que tienen múltiples tareas, como son las de impedir la proliferación de las bacterias patógenas nocivas, y neutralizar los ataques de las toxinas. En definitiva, protegen nuestro organismo de todo tipo de agentes contaminantes y ayudan a la desintoxicación de los elementos nocivos.

Por ese motivo, una flora intestinal sana es un elemento clave de nuestro sistema inmunitario y repercute sobre nuestra salud, aumentando nuestras defensas.

Disbiosis Flora Intestinal

Una flora intestinal sana nos protege de las alergias

Sabemos que una flora intestinal sana nos protege contra las infecciones, pero, además, ahora se ha podido ver que también ayuda a protegernos de otras patologías, como las las alergias, enfermedades de la piel y el asma.

Se ha comprobado que las mujeres embarazadas con tendencia a sufrir alergia, pueden evitar desarrollarla tomando probióticos de calidad (bacterias intestinales beneficiosas) fortaleciendo, con ello, su sistema inmunitario y el del futuro bebé. Además, si se consumen probióticos durante la lactancia hay menor riesgo para el bebé de sufrir eczemas o problemas alérgicos de otro tipo.

Cuanto más sana está la flora intestinal, más protegidos estamos

Una flora intestinal saludable previene el riesgo de sufrir intolerancia a los alimentos, enfermedades inflamatorias del intestino o infecciones fúngicas.

Tomar probióticos también es muy importante en la detección del cáncer y cuando se sigue un tratamiento con antibióticos de cualquier enfermedad.

Una flora intestinal sana ayuda a perder peso

Una flora intestinal saludable contribuye a que los movimientos del intestino sean más regulares y ayuda a controlar los niveles de colesterol e, incluso, favorece la pérdida de peso.

Podemos hablar, por tanto, de muchas razones para cuidar y regenerar nuestra flora intestinal, procurando que nuestro cuerpo cuente con suficientes bacterias beneficiosas para ello y combinarlo con una dieta saludable y la práctica regular de ejercicio. Actualmente, frente a la proliferación de patógenos resistentes a los antibióticos, es muy importante  que nuestro cuerpo cuente con suficientes defensas, ya que es el único modo de mantenernos sanos y evitar el ataque de los agentes patógenos o contaminantes con los que estamos en contacto durante todo el día.

Controlar la flora intestinal

Nuestra flora intestinal va cambiando constantemente, por lo que podemos conseguir que sea más regular y más fuerte.

En el cuerpo humano existen bacterias beneficiosas que se reproducen constantemente. Pero también existen otras que son nocivas. Debido a ello, la flora presenta cambios constantes en su composición. Estos cambios se producen cada día, cada hora y cada minuto. A veces esa composición es positiva para nosotros y otras, en cambio, es negativa.

Afortunadamente, podemos influir en estos cambios si sabemos de qué modo hacerlo. Podemos hacer determinadas cosas que estimulen la producción de bacterias beneficiosas y la reducción de las dañinas, controlando la acción de los parásitos y los hongos.

Sin embargo, también existen determinadas cosas que producen la reproducción explosiva de parásitos y agentes patógenos. ¿Cómo podemos evitarlo? Aquí te damos las claves de las nueve cosas que dañan tu flora intestinal.

Nueve cosas que dañan la flora intestinal

1. Los antibióticos

Los antibióticos figuran en el primer puesto de la lista.

Los antibióticos destruyen tanto las bacterias dañinas como las beneficiosas. Ahora sabemos que una alteración de la flora nos vuelve más vulnerables a todo tipo de patologías.

Algunas personas creen que la flora intestinal se regenera por sí misma después de tomar antibióticos. En algunos casos puede ser así, pero para ello se necesita un periodo de seis meses y durante tanto tiempo pueden pasar muchas cosas, como el hecho de que las bacterias intestinales nocivas crezcan más deprisa que las bacterias intestinales beneficiosas.

La conclusión es que regeneración automática, por sí misma, no se produce en estos casos. Por este motivo, si no puede evitarse el tratamiento con antibióticos, lo más recomendable es ayudar a la regeneración de la flora intestinal, tal y como explicamos al final de este artículo.

Antibiótico

2. Las píldoras anticonceptivas y preparados  hormonales

La ingesta de preparados hormonales repercute en la salud del intestino.

En un estudio clínico llevado a cabo sobre los anticonceptivos orales, los factores reproductivos y el riesgo de enfermedad inflamatoria del intestino, se ha descubierto que las mujeres que toman anticonceptivos orales tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades inflamatorias, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Los resultados de este estudio fueron publicados en 2012 en la prestigiosa revista Science.

Estudios clínicos anteriores, realizados en década de 1990, ya habían revelado cómo los anticonceptivos orales perjudican la flora intestinal, especialmente en el caso de las píldoras con altas dosis de estrógenos.

3. El cloro del agua del grifo

El agua del grifo es tratada con cloro para desinfectarla y convertirla en potable para el consumo humano. Pero el cloro es un producto químico y además de desinfectar las bacterias que hay en el agua también destruye las bacterias beneficiosas del intestino.

El estudio científico Los prebióticos, trasplantes fecales y unidades de red microbianos para estimular la biodiversidad de la buena microbioma humano publicado en 2013 en la revista Biotecnología Microbiana concluyó que el uso innecesario de antibióticos y la excesiva higiene del agua clorada, junto con otros factores de riesgo, como una dieta poco saludable, produce una disminución en la diversidad microbiana en el intestino, cuyo resultado es inflamación del intestino y la obesidad.

Para construir una flora intestinal sana, los científicos recomiendan ingerir suplementos de probióticos y prebióticos.

Los prebióticos son sustancias que sirven como alimento a las bacterias intestinales beneficiosas. Los probióticos por sí mismos no sirven de nada si no van acompañados de prebióticos.

Los prebióticos se encuentran en algunos alimentos como la achicoria o la alcachofa de Jerusalén. También podemos encontrarlos en forma de suplementos dietéticos como la inulina y en los oligosacáridos, que se ha descubierto recientemente que tienen efectos anti-cáncer.

Sin embargo, tomar prebióticos y probióticos no sirve de nada si seguimos tomando antibióticos innecesariamente y agua con cloro, ya que el cloro afecta a la flora intestinal. Por tanto, se recomienda beber agua mineral o colocar un buen filtro de agua en casa que elimine el cloro del agua potable.

¿Cómo evitar beber agua con cloro? Se recomiendan particularmente los filtros de agua que la purifican de forma similar a como sucede en la naturaleza con el agua de lluvia. El agua de lluvia se filtra lentamente a través de las diferentes capas de roca antes de convertirse en agua clara y pura de manantial.

Si también quieres evitar el contacto con la piel del cloro tóxico puedes  cambiar el cabezal convencional de la ducha por otro especial que lleva varios niveles de filtro para eliminar el  cloro y otros posibles contaminantes. A la vez, este cabezal especial ayuda a disminuir el consumo del agua a la vez que te permite disfrutar de una deliciosa ducha para tu piel con agua blanda.

4. Fluoruro

¿Cómo afecta el el fluoruro a nuestra salud? El fluoruro también destruye la flora intestinal sana de la misma manera que lo hacen los antibióticos. El fluoruro se añade en algunos países, como EEUU y Reino Unido, al agua potable. En Europa, afortunadamente, ya no está permitido. Sin embargo, sí está contenido en muchos dentífricos y en muchos tipos de sal.

Por ello, se recomienda comprar pasta de dientes sin flúor y sal libre de fluoruro. Si vives o viajas a un país en el que el agua potable lleve flúor, utiliza un filtro de agua de calidad, tal y como hemos indicado anteriormente.

5. Azúcar y grasa

El azúcar es el alimento que más daña la flora intestinal. Si se combina con grasas poco saludables produce una disbiosis (flora intestinal defectuosa).

En 2013 se publicó un estudio científico titulado La dieta occidental induce la disbiosis con aumento de E. Coli en ratones CEABAC10, alterando la función de barrera del huésped y favoreciendo la colonización AIEC. Según este estudio, la dieta occidental poco saludable, con una gran cantidad de azúcar y mucha grasa, supone un factor de riesgo para el desarrollo de las enfermedades inflamatorias del intestino y la enfermedad de Crohn.

¿Cómo afectan el azúcar y grasa al desarrollo de estas patologías? Según ese estudio, los altos niveles de azúcar y grasas producen infecciones y disbiosis en el intestino. Esto ocasiona la disminución del espesor de la mucosa del intestino y aumenta su permeabilidad, alterando la mucosa del intestino y provocando su inflamación junto con la proliferación de elementos tóxicos y nocivos.

Problemas Flora

6. La acidificación de los alimentos

La dieta occidental típica incluye grasas no saludables y azúcar, a lo que es de añadir mucha cantidad de alimentos procesados que son nocivos para el cuerpo, ya que producen una sobrecarga que el organismo no puede compensar desencadenando la acidosis crónica.

¿De qué modo perjudica a nuestra salud la acidificación de los alimentos? La acidez está estrechamente relacionada con la disbiosis, de forma que una mayor acidez causa una mayor disbiosis, y la disbiosis, a su vez, causa una mayor acidez.

Este proceso dificulta la ingesta de nutrientes y minerales por el organismo y produce un desequilibrio en la flora intestinal. Los minerales son esenciales para amortiguar la acidez, por lo que al no absorber el cuerpo los minerales que necesita la acidificación aumenta todavía más.

Por otro lado, la acidificación produce un desequilibrio en el pH del sistema digestivo. Todo ello contribuye a la creación de un clima favorable para la proliferación de patógenos y hongos (por ejemplo, candida albicans).

Por lo tanto, la disbiosis tiene muchos efectos negativos, ya que, además de destruir la flora intestinal, produce la acidificación y dificulta la  absorción de los minerales.

7. Los aditivos alimentarios

Una de las cosas más negativas de la vida moderna es la gran cantidad de aditivos alimentarios de origen artificial.

¿De qué modo perjudican a nuestra salud los aditivos de los alimentos? La prestigiosa revista médica Terapias Complementarias en Medicina ha publicado un estudio sobre la disbiosis intestinal, en el que recogen como factores de desequilibrio de la flora intestinal los anticonceptivos orales, los aditivos alimentarios y los antibióticos.

Los científicos autores de este estudio, pudieron ver que las consecuencias de la disbiosis van mucho más allá de una posible indigestión y señalaron que la flora intestinal perturbada puede conducir a aumento de la permeabilidad de la mucosa intestinal y a la dificultad para la absorción de nutrientes, desencadenando, con ello, muchas patologías sistémicas.

Otros estudios han referido que la disbiosis con infección produce una mayor susceptibilidad a las infecciones y fatiga crónica hasta llegar a colapsar totalmente el sistema inmunitario.

Por ello debemos evitar los alimentos procesados o, por lo menos, vigilar sus  ingredientes y no consumir los alimentos con muchos aditivos alimentarios o cuyo significado desconocemos. Es preferible comer alimentos frescos preparados en casa y optar por las frutas y verduras procedentes de la agricultura ecológica, ya que carecen de residuos de plaguicidas perjudiciales para nuestra salud.

8. Los residuos de plaguicidas e insecticidas

¿Cómo afectan los residuos de plaguicidas a nuestra salud? Los residuos de plaguicidas en los alimentos es un problema al que no se presta la debida atención, al suponer que las instituciones alimentaria ya controlan los límites de seguridad en los alimentos.

Además de los plaguicidas en la alimentación, en nuestra vida diaria usamos de forma irresponsable todo tipo de venenos contenidos en insecticidas, bolas de naftalina, collar de pulgas para perros y gatos y multitud de productos, que son muy peligrosos.

Uno de los pesticidas más extendido está compuesto de clorpirifos, bajo diferentes nombres comerciales, y es un veneno muy peligroso.

Los insecticidas dañan el cerebro de los niños

Diversos estudios científicos publicados en 2012 han revelado que el uso de los pesticidas puede dañar el cerebro de los fetos, y que los repelentes de insectos son muy peligrosos para los niños.

Uno de estos estudios, titulado Anomalías cerebrales en los niños expuestos prenatalmente a un plaguicida organofosforado común ha relacionado el uso de los pesticidas tóxicos, como el clorpirifos, con las anomalías en el cerebro del feto y la disminución del rendimiento mental de los niños expuestos a estas toxinas ambientales. En definitiva, un jardín libre de hormiga es menos importante que la salud de nuestros hijos.

Los pesticidas

El estudio científico titulado Impacto de la exposición crónica a dosis bajas de clorpirifos sobre la microbiota intestinal en el Simulador del Ecosistema Microbiano Intestinal Humano (SHIME) y en ratas publicado en 2013, demostró los efectos nocivos del clorpirifos, aún en pequeñas dosis,  sobre la composición de la flora intestinal de los mamíferos y su relación con la disbiosis.

Detox con alimentos orgánicos

En otro estudio publicado en 2008, con el título de Ingesta dietética y su contribución a la exposición longitudinal a plaguicidas organofosforados en los niños urbanos/suburbanos, los científicos revelaron que la exposición de los niños a los pesticidas procedentes de los alimentos tratados de forma convencional tienen efectos negativos sobre su flora intestinal, lo que no sucede cuando los alimentos ingeridos han sido cultivados orgánicamente.

Por este motivo debemos cuidar mucho nuestra alimentación e intentar consumir productos cultivados orgánicamente.

Estrés

9. El estrés

El estrés es otro factor que daña la flora intestinal. Aunque es difícil evitar el estrés en la vida diaria tenemos que ser conscientes de que el estrés es nocivo y hay que procurar controlarlo, dado que puede llegar a provocar todo tipo de patologías.

Un estudio publicado en 2012 en la revista Psiconeuroendocrinología revela que el estrés daña la flora intestinal y eleva la tensión. Si se le administran al cuerpo bacterias intestinales beneficiosas la flora se recupera y desaparecen las consecuencias típicas de estrés.

Si, a la vez, propiciamos los momentos de relax en nuestra vida diaria el estado de la flora intestinal mejora notablemente.

Consejos prácticos para mantener una flora intestinal saludable

A continuación resumimos las medidas más importantes para regenerar tu flora intestinal.

Si quieres saber qué puedes hacer para mejorar la salud de tu intestino, sigue cada día estos sencillos consejos:

  • Evita, siempre que sea posible, el tratamiento con antibióticos. Busca otros tratamientos alternativos.
  • Evita los compuestos hormonales
  • Bebe agua sin cloro y usa un filtro de agua de calidad.
  • Elige siempre pasta de dientes sin flúor y sal natural sin fluoruro.
  • Evita el azúcar y las grasas no saludables.
  • Sigue una dieta rica en nutrientes y suplementos dietéticos.
  • Evita la comida precocinada.
  • Come, preferentemente, alimentos orgánicos.
  • Intenta evitar el estrés.
  • Usa productos especiales para la desintoxicación (bentonita), limpiando y estimulando el peristaltismo intestinal (con cáscara de psyllium en polvo).

Problemas producto Flora Intestinal

La flora intestinal saludable

Para regenerar la flora intestinal hay que optimizar el ambiente del intestino y su composición.

1. Cómo optimizar el ambiente intestinal

El mejor ambiente para la flora intestinal es aquel en el abundan las bacterias beneficiosas y hay menos bacterias nocivas.

¿Cómo conseguirlo? Existen preparados activos que contienen microorganismos con efectos prebioticos y probioticos que favorecen la flora. Además, se suministran junto con vitaminas, minerales, oligoelementos y una variedad de fitoquímicos antioxidantes muy eficaces.

Todos estos compuestos propician un ambiente intestinal equilibrado, estimulando la regeneración de la mucosa, la eliminación de los residuos metabólicos y una digestión regular y saludable.

2. Cómo regenerar la flora intestinal

La flora intestinal se regenera tomando probióticos de bacterias intestinales naturales y beneficiosas.

Para asegurarnos de que las bacterias beneficiosas no se pierden entre los ácidos del estómago debemos elegir probióticos que contengan Lactobacillus y Bifidobacterium. Además también deben incluir otras cepas de bacterias para que nuestra flora intestinal obtenga la variedad necesaria de probióticos básicos para mantenerse sana y conservar nuestra salud a todos los niveles.

Valoración cómo se destruye la flora intestinal

Sana garantiza mayor bienestar - 100%

9 cosas que la dañan - 99%

Consejos - 100%

Eficacia - 100%

100%

Evaluación HSN: 5 /5
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Sobre Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez es Diplomado en Nutrición Humana y Dietética, y por ello todas sus acciones se encuentran rigurosamente respaldas por la ciencia.
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2 comentarios
  1. Juan Carlos Lozano

    Excelente artículo, muy bueno.

    • Tan solo quería felicitar a la persona que ha escrito el artículo por su plenitud y su claridad. Absolutamente magnífico y necesario el felicitar a aquellos que facilitan el conocimiento a los demás, y más aún, cuando se trata de salud. Que las más grandes bendiciones lleguen a ti.

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