Como cada año llega el invierno, y aquellos deportistas que entrenan al aire libre sufren el descenso de temperaturas, menos horas de luz natural, mayor probabilidad de lluvias y el frío.
Es una época en la que, si el sistema inmune está débil, las probabilidades de caer enfermo aumentan notablemente.
Índice
Mejor entrenar por el día
Planifica tu entrenamiento por la mañana o al mediodía siempre que sea posible. Este es el momento más cálido del día y la mejor posición para estimular la producción de vitamina D.
Durante el invierno, muchas personas sufren deficiencia de vitamina D, que es importante para los huesos y las articulaciones, así como para levantar el ánimo.
Vestirse por capas
Es preferible ir quitando capas, que llevar una única capa que quizá no necesites cuando tu cuerpo se haya adaptado al frío:
- Capa fina y pegada con tejido técnico que pueda expulsar el sudor.
- Capa más gruesa que pueda recoger el sudor y que puedas quitarte una vez tu cuerpo entre en calor.
- Capa ligera tipo corta vientos, “Windstopper”, en caso de viento o lluvia.
Como en el invierno oscurece más temprano, lo ideal es llevar ropa con reflectante, para ser más visible para los coches, bicis y otros vehículos, sobre todo en aquellos deportes.
Recuerda, cabeza, manos y cuello protegidos siempre.
Invierte más tiempo en el calentamiento
En temperaturas muy bajas, el cuerpo necesita algo más de tiempo para entrar en calor y aumentar progresivamente el aporte de sangre a todos los grupos musculares, sobre todo los periféricos.
El cuerpo y las extremidades pueden estar más agarrotadas y afectar al movimiento y al sistema nervioso, por lo que aumentar el tiempo del calentamiento ayudará a que de forma progresiva la temperatura corporal sea adecuada en todo el cuerpo para poder realizar el entrenamiento.
Respira por la nariz
Las fosas nasales se ven afectadas debido a las bajas temperaturas y, debido al aire frío, esa vasoconstricción provoca que se cierren un poco y puedas tener la sensación de no respirar correctamente.
Comienza el calentamiento con la boca cubierta.
Intenta, de forma progresiva, mantener la respiración nasal porque de esta manera las fosas nasales calentarán y humidificarán el aire que llega tus pulmones.
Mantente bien hidratado
Aunque la sensación de falta de hidratación no suele aparecer, precisamente el cuerpo aumenta los niveles de sudoración como mecanismo termorregulador.
Por ello, necesitamos mantener un nivel hídrico óptimo para evitar perder demasiado sodio y finalizar el entrenamiento con altos niveles de deshidratación.
Fortalece tus defensas con complementos alimenticios para el sistema inmune
Una buena dieta nutricional, también ayuda a nuestro organismo a tener una mejor respuesta a la exposición al frío, así como a mantener al sistema inmunológico fuerte para responder ante cualquier posible enfermedad causada por una mala adaptación al frío.
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Vestirse por capas - 100%
Más tiempo de calentamiento - 100%
Respirar por la nariz - 100%
Hidratación - 100%
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