Moringa es el único género incluido en la familia botánica Moringaceae, un género compuesto por trece especies entre las cuales la más célebre es Moringa oleifera; se trata de un árbol cadufolio original de la península del Indostán, caracterizado por su rápido crecimiento y que en nuestros días es muy abundante en ciertos ecosistemas de países subtropicales de los continentes asiático y africano.
Índice
- 1 ¿Qué es la Moringa?
- 2 Moringa, un género botánico ampliamente diversificado
- 3 Características del cultivo de la Moringa
- 4 La moringa, uno de los principales tesoros de la naturaleza por sus propiedades
- 5 Quince usos medicinales de Moringa oleifera testados en ensayos clínicos solventes
- 6 Sus efectos secundarios y contraindicaciones
- 7 Cómo tomarla y algunas posibles combinaciones
- 8 Cómo meter la moringa en la dieta
- 9 Enlaces Relacionados con la temática:
¿Qué es la Moringa?
Haciendo un símil con el reino animal, podría decirse abiertamente que la moringa es algo así como el “cerdo del reino vegetal”, en el sentido de que tradicionalmente ha sido aprovechado, y lo sigue siendo, en su integridad, es decir, hojas, vainas, semillas, aceite, flores, raíces, ramas y corteza. Las diferentes partes llevan destinos variados que entran tanto en el campo del consumo alimenticio como en el de las formulaciones medicinales, nutriéndonos abundantemente y permitiéndonos elaborar tratamientos naturales con proyección sobre más de trescientas enfermedades. Todo ello debido a sus sobresalientes cualidades nutricionales y terapéuticas que más adelante se describirán pormenorizadamente.
La moringa, gracias a su aptitud para desarrollarse en suelos de variados perfiles físicos y químicos y a su resistencia a largos ciclos de pertinaz sequía, ha conseguido posicionarse como una figura estelar en la alimentación de pueblos que se desenvuelven en condiciones muy precarias de abastecimiento.
Por todos estos motivos, no parece desproporcionado que sea conocida universalmente como el “árbol de la vida”, adjudicándosele también los apelativos de marango, jazmín francés y aproximadamente otro centenar de denominaciones. Como veremos, en el ámbito medicinal tiene un encaje de extraordinaria importancia en patologías muy protagonistas de nuestros días como la diabetes y el cáncer.
Su enorme potencial ha conducido, por un lado, a la proliferación de estudios de investigación y ensayos clínicos destinados a extraer toda la información que esconde este tesoro de la naturaleza; por otro, al incremento de la superficie cultivada y, por añadidura, al desarrollo de suplementos y extractos de sus principios activos para explotar comercialmente sus múltiples propiedades y los beneficios derivados de ellas.
Moringa, un género botánico ampliamente diversificado
Establecidos los principales pilares que sostienen la trascendencia de esta planta, ¿cuántas variedades de moringa existen en el mundo? La evolución biológica de este género a través de los tiempos siguió el camino de su adaptación a los diferentes territorios que colonizó, lo que devino en el surgimiento de la docena de especies que vamos a describir, cuyas coincidencias compiten en número con sus singularidades.
Moringa arborea
Es una variedad muy específica de la zona limítrofe entre Kenia y Etiopía. Como mejor se desarrolla es sobre suelos semidesérticos y rocosos, que son su sustrato idóneo. Se caracteriza por sus flores de tonalidad rosa pálido o vino tinto y por su aspecto semidesnudo, muy pobre en hojas. Sus usos más cotizados pertenecen a los campos ornamental y medicinal.
Moringna borziana
Otra de las especies propias del cuerno africano, pues habita sobre todo en Kenia y Somalia. Visualmente se distingue por unas flores de tonalidad amarillo verdosa rematadas en los ápices por unas manchitas marrones, que además destilan un penetrante e intenso aroma que traslada al sabor dulce. Su hábitat ideal se caracteriza por suelos húmedos y de buen drenaje y, como no podría ser de otra forma, por ser zonas con un largo periodo de insolación.
Moringa concanensis
Es la que guarda mayor similitud con la especie estrella, Moringa oleifera, en su morfología y en el aspecto de las hojas. Habita en los bosques secos del sudeste pakistaní y recientemente fue censada por expertos botánicos en la selva de Bangla Desh o Pakistán oriental. Su tronco, de corteza anfractuosa, suele tener un diámetro de alrededor de 15 cm. Un detalle muy característico es la presencia de manchitas verdes en los pétalos de las flores.
Moringa drouhardii
Variedad endémica de la isla de Madagascar, país donde crece en suelos de roca caliza y rodeada de abundante vegetación espinosa. Como todas las moringáceas, tiene atribuidas cualidades medicinales y nutritivas, pero los pobladores de estas tierras solamente valoran su empleo como planta ornamental.
Moringa hildebrandtii
Es la especie que peor suerte ha corrido en el transcurso de su proceso evolutivo, ya que puede considerarse extinguida en su modo de vida salvaje. No obstante, se conserva un importante patrimonio genético de ella, ya que se cultiva bastante con fines ornamentales y para eventos culturales. Por su aspecto recuerda al emblemático baobab de la sabana africana.
Moringa longituba
Esta especie se encuentra a la zaga en lo que al tamaño se refiere, ya que como máximo alcanza los 3 metros de altura, razón por la cual se le ha clasificado como arbusto. Sus mayores probabilidades de supervivencia se dan sobre suelos bien drenados, pues no soporta el encharcamiento, y en zonas de escasa pluviometría e intensa insolación. Un peculiar rasgo morfológico lo constituyen sus flores, de un vivo rojo brillante. Como curiosidad, es bastante utilizada en medicina animal para tratar al ganado de los trastornos digestivos.
Moringa ovalifolia
Es la especie de Moringa más conocida después de M. oleifera. Namibia es el país en el que predomina, en el cual se utiliza tanto de elemento decorativo como de alimento. Tiene una singular forma de botella, con un tronco ancho en las zonas central e inferior y más estrecho en la superior. Suele rebasar los 7 metros de altura y, por su parecido a la sombra de un espectro humano, en aquel país se le llama “árbol fantasma”. Vive buenos tiempos en cuanto a su estado de conservación, estando protegida legalmente por el gobierno namibio.
Moringa peregrina
Originaria del mar Rojo y del cuerno de África, se cría en todos los países ribereños de ese mar. Su principal tesoro lo constituyen las semillas, que proveen un aceite comestible cuyo perfil de ácidos grasos es muy similar al del aceite de oliva y cuyo sabor es muy aceptado por su buena palatabilidad. Además de como alimento, se emplea en forma de loción para tratamientos de procesos cutáneos y como suplemento medicinal en trastornos digestivos.
Moringa rivae
Podemos encontrarlo entre Kenia y el sudeste etíope. Sus principales empleos van destinados a combatir dolencias musculares en las extremidades, pero guardan especial interés dos factores: por un lado, un polisacárido que, extraído de su corteza, tiene enorme eficacia en el tratamiento de la artritis; por otro, las todavía no del todo bien estudiadas propiedades antibacterianas del metanol extraído de esta planta.
Moringa ruspoliana
Asimismo, es natural de los países del cuerno nororiental africano. Es una de las variantes de menor envergadura, pues alcanza una altura máxima de 6 metros, si bien, curiosamente, sus flores son las más voluminosas. Planta muy frondosa que gusta de ambientes más húmedos que el resto de las variedades.
Moringa stenopetala
Es una especie cuya presencia es muy reducida, limitada a la isla del lago Baringo, en Kenia, y en torno al lago Turkana, ubicado en la zona limítrofe entre Etiopía y Kenia. Destaca por ser mucho más resistente a la falta de agua y la aridez que la oleifera, característica que tiene su reflejo en la forma de botella del tronco, diseñado para almacenar agua.
Características del cultivo de la Moringa
Es una planta que agradece suelos ligeros, bien drenados y de textura arenosa, siendo escasas sus exigencias en relación con la materia orgánica aunque elevadas sus necesidades de luz directa. No obstante, es aconsejable añadir, en el momento de su siembra, un manto de 2 cm de espesor de compost o bien de humus de lombriz. Además, los expertos recomiendan una proporción de una parte de arena por tres de tierra.
Entre las precauciones que han de adoptarse está la de procurar que no le afecte excesivamente el viento por su alta susceptibilidad a este fenómeno meteorológico en los primeros meses, en los que despliega su crecimiento y es todavía frágil, por ello deben buscarse ubicaciones que queden al resguardo de vientos fuertes.
Puede sembrarse a partir de esquejes o semillas. Si se opta por esquejes, estos deben obtenerse de las ramas de un árbol adulto y hay que dejarlos echar raíz previamente a su siembra. Y si se trata de semillas, hay que dejar un espacio entre ellas de 30 a 40 cm e introducirlas a unos dos centímetros de profundidad.
Si va a cultivarse en maceta, esta ha de poseer una capacidad mínima de 40 litros y su profundidad no debe ser inferior a 30 cm. Y tras la siembra, es importante garantizar cierto punto de humedad en el suelo durante 7 – 10 días.
Este árbol puede llegar a adquirir dimensiones espectaculares, y si las condiciones le acompañan, al final del primer año ya es posible que alcance los 5 metros de altura; en su madurez puede superar fácilmente los 10 metros. Para evitar un exceso de envergadura, muchas veces se practica una poda anual para limitar su altura, a la par que el hecho de retirar ramas viejas da lugar a un estímulo del surgimiento de brotes nuevos.
Es bastante precoz en la floración, que suele acontecer a los 8 meses tras la siembra, este fenómeno puede tener lugar dos veces al año en función de las condiciones climáticas y edáficas. Sus frutos, en forma de vaina, tienen un ciclo de maduración de 3 meses tras los cuales son cosechados.
La moringa, uno de los principales tesoros de la naturaleza por sus propiedades
Con un elenco de más de 90 nutrientes, 46 sustancias antioxidantes, 36 sustancias antiinflamatorias y 19 aminoácidos (6 de los 9 esenciales) identificados en su composición química, parece haber suficiente base como para afirmar que estamos ante una de las principales fuentes naturales de salud, lo que le hace merecedora del apelativo “árbol de la vida”. De hecho, no faltan quienes desde su perspectiva han catalogado a la moringa como un alimento importante para la salud, lo cual, si bien está pendiente de consolidarse, no es de extrañar porque las propiedades que le distinguen son verdaderamente sorprendentes.
Los variopintos efectos beneficiosos de la moringa sobre el organismo van asociados a sus inagotables componentes con actividad biológica, es decir, vitaminas, minerales, polifenoles, flavonoides, isotiocianatos, taninos, saponinas, etc., todos representados en concentraciones muy significativas.
Quizá una de las más relevantes señas de identidad de la moringa sea su notable potencial antioxidante, objetivable a través del método conocido como ORAC (siglas de “capacidad de absorción de radicales de oxígeno”) y según el cual su valor se encuentra en torno a 50.000 unidades por 100 g. ¿Qué significa esto? Pues que se trata de una de las plantas con el valor ORAC más elevado entre las investigadas. Recuérdese que el papel de los antioxidantes dentro del organismo es trascendental, pues frenan el deterioro de las membranas celulares causado por los radicales libres que desencadenan el envejecimiento de las células y de las enfermedades crónicas y degenerativas.
Entre su nómina de antioxidantes es muy destacable la presencia de quercetina: una sustancia del grupo de los flavonoides que ayuda a combatir la hipertensión arterial, así como la del ácido clorogénico, que se comporta como un estabilizador de los niveles sanguíneos de glucosa tras la ingesta de alimentos.
Complementando lo anterior, no debe pasarse por alto que la moringa despliega también un nada desdeñable poder antibacteriano, que fundamentalmente radica en el polvo de las semillas. Ello la convierte en una interesante herramienta terapéutica contra las infecciones bacterianas, algo que le ha proporcionado realce entre las comunidades más pobres y con mayores problemas nutricionales que tienen abierta la puerta a infecciones de todo tipo.
En otro orden de cosas, quienes busquen una fuente generosa de aminoácidos y proteínas de origen vegetal (el contenido de proteínas es del 27 %, equivalente al del huevo y el doble que el de la leche) tienen a la moringa como un recurso de primera fila, de manera más acusada los vegetarianos y los veganos. Especialmente se le confiere utilidad para mejorar la calidad de la piel y los tejidos cartilaginosos por fomentar la formación endógena de colágeno, la principal proteína que sustenta estos tejidos.
La moringa hace gala, a su vez, de un buen catálogo de sustancias minerales como hierro, potasio (triplica el contenido del plátano), magnesio y calcio (cuadruplica el contenido de la leche); estos dos últimos forman un conjunto que actúa sinérgicamente para controlar la presión arterial, fortalecer los huesos y normalizar el proceso de mineralización de los huesos.
En el capítulo vitamínico, la presencia de vitamina A es cuatro veces superior a la de la zanahoria, la de la vitamina C (lo es siete veces la de las naranjas) y también contiene, en menores cantidades, el grupo B (incluyendo el ácido fólico) y tocoferoles (vitamina E).
Sus hojas secas molidas son muy beneficiosas para la piel por su capacidad rejuvenecedora de la epidermis, siendo de hecho incorporadas por muchas empresas de cosmética en formulaciones destinadas a frenar la formación de arrugas y líneas de expresión, entre otras utilidades. Cuando todavía están frescas pueden restregarse por la piel para aliviar la sensación de picor e irritación.
Las semillas tienen, fuera del contexto de la salud, importantes aplicaciones industriales. Por ejemplo, son uno de los mejores floculantes naturales para la depuración de aguas gracias a la presencia de un polielectrolito que captura los sólidos en suspensión provocando su posterior precipitación. Para su empleo, las semillas maduras deben extraerse de su caparazón, molerse finamente para reducirse a harina y ser envueltas en algún material textil que impida su disgregación dentro del agua. Aparte de este uso, son aprovechables en el proceso de clarificación de sustancias espesas como la miel y del jugo de la caña de azúcar.
Quince usos medicinales de Moringa oleifera testados en ensayos clínicos solventes
La moringa es una planta con un inmenso potencial medicinal. En África, Asia y Oceanía, flores, hojas, semillas y raíces se emplean como materia prima en innumerables terapias ancestrales contra diabetes, hipertensión arterial y tumores, entre otros procesos patológicos. Sus raíces, de sabor amargo, tienen propiedades como tónico, expectorante, diurético y estimulante para determinados trastornos y anomalías del sistema nervioso, incluidas parálisis.
Seguidamente, pasamos a analizar los diferentes campos en los que ejerce su efecto beneficioso.
El poder antioxidante del extracto de hojas de moringa
Estas hojas son ricas en antioxidantes de diferentes familias y modos de acción, como el ácido ascórbico, los carotenoides, los flavonoides y los fenoles, todos ellos con sobrada capacidad para la inhibición de la síntesis de radicales que infringen un daño irreparable en membranas celulares y ADN.
Moringa y diabetes
Las hojas de moringa también tienen atribuida una clara acción antihiperglucemiante, es decir, reducen los niveles de glucosa en sangre. Un estudio realizado con pacientes afectados de diabetes tipo II a los que se administró polvo de hojas de esta planta arrojó datos más que alentadores sobre el efecto de reducción de la glucemia.
Una de las más habituales complicaciones de la diabetes, las cataratas, pueden ser evitadas mediante el empleo de la moringa.
Moringa y colesterol
Las hojas molidas y su extracto tienen actividad conocida como antidislipidémica, es decir, reducen los niveles sanguíneos de lípidos, además de los de colesterol LDL. Ello se ve complementado con una reducción de los depósitos de triglicéridos y de bilirrubina en el hígado.
Para acelerar la cicatrización de las heridas y la protección de los tejidos
Otra virtud terapéutica demostrada en ensayos clínicos sobre la moringa es que confiere protección a los tejidos que configuran algunos órganos vitales como hígado, corazón, riñón y pulmón. Especialmente le es reconocida su acción hepatoprotectora. Además, es altamente efectiva para regenerar la piel lesionada al estimular la cicatrización de las heridas.
Como analgésico y antiinflamatorio
Su acción analgésica y antiinflamatoria combinada es particularmente notable en casos de artritis. Por su parte, el efecto antiinflamatorio le hace ser de gran ayuda en situaciones de enfermedad que cursen con el síntoma de la inflamación, como hepatitis, dermatitis, etc.
Se han publicado diversos estudios experimentales en los que revela que las hojas, vainas y semillas de este vegetal despliegan potente efectos antiinflamatorio debido a su contenido en isotiocianatos.
Para tratar úlceras y acidez de estómago
Es un excelente remedio natural para prevenir las úlceras de estómago. En personas afectadas de úlcera gastroduodenal ocasionada por medicamentos agresivos como la aspirina se revela como útil para mejorar su evolución, contribuyendo a su vez a amortiguar la acidez gástrica.
Moringa e hipertensión
Su actividad hipotensora es digna de tener en cuenta por parte de las personas que padezcan hipertensión arterial, ya que esta puede derivar en trastornos graves como insuficiencia renal, arritmias, insuficiencia coronaria e infarto de miocardio, entre otros.
Moringa y cáncer
Se ha comprobado clínicamente la inhibición de la proliferación de células tumorales por parte del extracto de hojas de moringa, en particular en el pulmón.
Potencia el sistema inmunitario
Se dispone de resultados de laboratorio obtenidos en estudios llevados a cabo en animales de experimentación que señalan un interesante efecto inmunoestimulante de la moringa.
La moringa y el sistema nervioso central
La acción protectora que la moringa ejerce sobre las neuronas sigue encontrándose en fase de investigación, habiéndose constatado hasta el momento su estimulación de la función cognitiva, es decir, aprendizaje y memoria, así como la prevención de trastornos degenerativos como la demencia. Parece incluso haberse comprobado una disminución del fallo en la función neuronal en casos de isquemia (falta de riego sanguíneo).
Función cardioprotectora
La moringa favorece que el corazón realice sus funciones de manera correcta, y lo hace estimulando la circulación de la sangre gracias al apreciable efecto anticoagulante mediante el cual puede ser interesante para prevenir enfermedades cardiovasculares, no en vano el primer factor de mortalidad en los países desarrollados.
Una solución sin explotar contra el problema del hambre y la desnutrición
Al hablar de la moringa no puede pasarse por alto una referencia al grave problema de la desnutrición entre la población de los países subdesarrollados. Y es que resulta llamativo poder afirmar, sin temor a equivocarnos, que un empleo racional y democratizado de este alimento en sus diversas fuentes y presentaciones podría suponer un espectacular aldabonazo en las políticas, claramente ineficaces hasta ahora, de prevención de mortalidad por desnutrición y por muchas de las enfermedades ocasionadas por los graves déficits nutricionales que se padecen en el tercer mundo.
Una estrategia con fines largoplacistas consistiría en incentivar el cultivo para que su coste como materia prima se redujera ostensiblemente de manera que su consumo fuese asequible a la inmensa parte de la población o fácilmente subvencionable por parte de las autoridades. En este orden de cosas, cabe apuntar que la FAO (sección de la Organización de las Naciones Unidas especializada en alimentación y nutrición) y el Centro Mundial de Agrosilvicultura, conjuntamente con algunos otros organismos, han alcanzado acuerdos en los que se plasma la dedicación de recursos destinados a fortalecer la capacidad de los países integrantes de la FAO para avanzar en la investigación, el cultivo, el desarrollo y la distribución de las semillas de Moringa oleifera.
A pesar del ingente campo de trabajo por explotar, no sería justo omitir que ya existen algunos países entre los de más bajo nivel de desarrollo, como Haití en Centroamérica, y Senegal y Mali en África, en los cuales constituye un ingrediente básico en su pirámide alimenticia, lo que está sustentado en una importante expansión de su cultivo.
Sus excelencias como potenciador de la lactancia
Durante la etapa de lactancia, la madre corre riesgo de sufrir de deficiencias nutricionales debido al ingente sumidero de sustancias nutritivas en el que se convierte su glándula mamaria.
Hoy en día está sobradamente contrastada la capacidad de la moringa para fomentar la producción láctea; se maneja información por la cual puede afirmarse que el consumo de 250 mg diarios de hoja a lo largo de 5 días se traduce en un incremento de esa producción del 150 – 175 %. El fundamento que sustenta ese extraordinario repunte viene de que, en términos de ingesta diaria recomendada, la madre lactante estaría ingiriendo las siguientes cantidades de nutrientes, que son vehiculados por la leche materna y consumidos por el lactante:
- Proteína: 21 %
- Calcio: 84 %
- Magnesio: 54 %
- Potasio: 22 %
- Hierro: 94 %
- Vitamina A: 143 %
Un excelente recurso para bajar de peso
Si por algo este alimento ocupa la cúspide del listado de alimentos vegetales en función de sus bondades nutricionales es por tratarse del único que en su fracción proteínica contiene los nueve aminoácidos considerados esenciales para el ser humano por no ser este capaz de sintetizarlos, además de completar la riqueza del valor biológico de sus proteínas incluyendo dieciocho de los veinte aminoácidos que aquel demanda para su síntesis endógena de proteínas. Lo cual, unido a su bajo contenido energético (especialmente por su pobreza en grasas), lo hace un producto de primera elección en la planificación de dietas de adelgazamiento.
En consecuencia, consumir moringa para adelgazar es una gran idea, sobre todo si se llevan a cabo dietas estrictas que entrañan peligro de causar desarreglos al organismo. Y es que no olvidemos que muchas de las dietas que se plantean ese objetivo tienden a penalizar considerablemente la disponibilidad de algunos nutrientes indispensables, mientras que la moringa cubre infinidad de flancos que el organismo tiene necesidad de respetar.
Básicamente, la moringa produce una intensificación del metabolismo, lo cual permite que el ciclo de asimilación de los nutrientes se acorte y que la energía generada requiera quemar más grasas, contribuyendo a una pérdida gradual de peso.
Este alimento tiene un efecto colateral nada desdeñable, y es que revitaliza el estado de ánimo, eliminando la ansiedad por comer.
En definitiva, con el consumo de moringa, llevando una alimentación saludable en general y siguiendo ciertas pautas de ejercicio, es probable adelgazar apreciablemente en un plazo más bien escaso. De lo que no cabe duda, y no nos cansaremos de insistir en ello tratándose de cualquier alimento o suplemento alimenticio, es de que nunca hay que confiar toda la carga de la responsabilidad nutricional a la moringa prescindiendo de una dieta equilibrada y abandonando una rutina constante de trabajo físico.
Como sugerencia que puede ser de utilidad para el lector, aportamos estas tres recetas de batidos en los que la moringa puede actuar como un excelente complemento alimentario para perder peso:
- Batido de piña y moringa: se bate una taza de piña cortada, otra de agua y media cucharada de moringa en polvo hasta que todos los ingredientes queden perfectamente mezclados.
- Limonada de jengibre y moringa: se vierte sobre un litro de agua el zumo de dos limones y se añade una cucharada de jengibre y una otra de polvo de moringa.
- Batido de moringa, manzana y avena: la mezcla la componen una taza de agua, una manzana, una cucharada de avena y media de polvo de moringa
- Jugo de moringa y espirulina: licuar en la batidora 4 gramos de hojas de moringa mezcladas con una cápsula de espirulina de 300 mg, el jugo de un limón y medio litro de agua. Este jugo se tomará diariamente.
Sus efectos secundarios y contraindicaciones
Lo que debemos recalcar en primer lugar es que el consumo de moringa a partir de ciertas cantidades ha de pasar por supervisión médica, ya que, pese a sus ingentes beneficios sobradamente expuestos, este alimento, como tal o en forma de suplemento concentrado hay casos en los que se encuentra contraindicado pudiendo ocasionar trastornos claramente evitables.
Los efectos secundarios que más frecuentemente se han descrito por consumo de moringa se limitan a las típicas náuseas, vómitos y diarrea. Esta última generalmente es debida al exceso de fibra que contiene (sobre todo si se ingiere en ayunas) y todos ellos desaparecen al suprimir el consumo. Lo que sí es importante es evitar la ingesta de la raíz y sus extractos al ser portadores de sustancias tóxicas de peligrosas consecuencias.
También cabe la posibilidad de que algunas personas manifiesten reacciones alérgicas cuyo riesgo desconocían al no haber entrado en contacto con este alimento. Por eso, como sucede con cualquier otra sustancia nueva, es conveniente iniciar su consumo en cantidades módicas y comprobar que no aparecen signos de intolerancia.
Como de costumbre, se recomienda a las mujeres embarazadas que consulten con el médico la idoneidad de su consumo si no forma parte de su dieta habitual.
Por otro lado, como anticoagulante natural que es, aquellas personas que padezcan problemas de coagulación sanguínea deberán tener este detalle muy presente y poner en conocimiento de un especialista la conveniencia de consumirla.
Como cuestiones de riesgo más remoto, se ha descrito que puede provocar policitemia (aumento de glóbulos rojos) y de la proliferación microbiana en el tubo digestivo.
Cómo tomarla y algunas posibles combinaciones
En el mercado se comercializan diferentes presentaciones, por lo que a la hora de tomarla todo dependerá del gusto de cada cual. Las dos más extendidas son:
- Polvo: obtenido de la hoja desecada, en cantidad de, más o menos, una cucharadita al día (5 gramos), que puede mezclarse con zumos, caldos, cafés, yogures o smoothies, por ejemplo, pudiendo adicionarles este polvo sin ningún problema.
- Cápsulas: ideales cuando se carece de tiempo para la preparación de otras maneras y estando indicado consumir en torno a 500-1000 mg de Extracto de Hojas de Moringa al día (pueden tomarse una o dos veces antes de cualquier comida).
Las partes que fundamentalmente se consumen son las hojas y las semillas. Estas últimas, maduras y secas, pueden molerse para elaborar una suerte de curry. En cuanto a las hojas, pueden como suplemento alimenticio una vez secas y trituradas; pueden tomarse también en infusión, ser incluidas como ingrediente en recetas de sopas, purés o guisos varios o, al igual que las flores, consumirse en fresco en platos fríos como ensaladas. Algo que es importante conocer es que por encima de los 47 grados se pierde una buena cantidad de los fitonutrientes, incluidas las vitaminas, por lo que deberá extremarse la precaución de no aplicar calor excesivo en su preparación.
De todas las posibilidades, quizá la forma más extendida de tomarla sea en infusión. Para prepararla, las hojas de moringa pueden comprarse en herboristerías, aunque de ser posible, lo ideal sería adquirir las hojas frescas (ciertamente muy complicado). Las hojas secas hay que sumergirlas en agua hirviendo durante unos minutos como cualquier infusión.
La opción de consumirla en forma de suplementos alimenticios, comercializados en tiendas especializadas, está ahí para quien lo prefiera. Es evidente que se trata de la forma más cómoda, aunque también de la menos recomendada por incorporar, en muchos casos, ingredientes químicos adicionales.
Por su parte, el aceite de las semillas es un excelente remedio para el cuidado de la piel y del cabello.
Cómo meter la moringa en la dieta
Quien decida introducir la moringa en su dieta, es conveniente que siga estos consejos a grandes rasgos:
- Debe guardarse precaución con el polvo porque es fuerte y puede acarrear efectos secundarios tomado alegremente. Empezar con media cucharadita diaria los primeros 3 – 5 días, y tomarla preferentemente con el desayuno pero nunca sin ir acompañada de alimentos.
- Transcurrido ese plazo, puede incrementarse su consumo, estabilizándolo de manera general en una cucharadita al día.
- En aquellos casos en los que se esté en fase de convalecencia o sufriendo alguna enfermedad crónica que menoscabe el estado general del paciente, dos cucharaditas diarias serían lo idóneo, salvo que la enfermedad implique algún trastorno en el estómago.
Moringa y jengibre
Esta combinación, que integra ambos ingredientes en proporción de 2:1, incorpora como complemento maca en polvo y zumo de naranja, todo ello diluido en agua. Todos los ingredientes que entran en juego en este preparado son excelentes para el organismo. Como se ha explicado, la moringa es detoxicante, diurética, depurativa y de acción saciante y metabólica. Si a ello se le añade el poder energizante de la maca, la función estimulante de la circulación sanguínea y del metabolismo del el jengibre y el plus de vitamina C del zumo de naranja, podemos asegurar que tenemos en nuestras manos un completísimo batido para iniciar la jornada.
Esta mezcla tiene a su vez efectos reconocidos contra la amenorrea o falta de menstruación.
Moringa y ginseng
Tomar 3 cápsulas al día de moringa con ginseng es un remedio conocido para el tratamiento de las enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario, recomendándose eliminar de la dieta las grasas y los azúcares refinados y apurar al máximo el consumo de agua para dotar a esta mezcla de plena eficacia.
Sin duda, podemos tener la seguridad de que consumiendo, dentro de las coordenadas que se han descrito en este artículo, este alimento funcional garantizamos un aporte continuado de nutrientes esenciales en nuestra alimentación a la par que fomentamos nuestra salud gracias a sus poderosas propiedades bioactivas.
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