Para la clasificación de proteínas, tenemos que conocer de qué están constituidas
En este sentidos, son macromoléculas compuestas a partir de una serie de aminoácidos enlazadas mediante enlaces peptídicos entre sí y que participan en todos y cada uno de los procesos llevados a cabo por el organismo
En general, las consumimos a través de la alimentación y, una vez en el estómago, el cuerpo las descompone para crear sus propias proteínas.
Índice
1. Tipos de aminoácidos
Vamos a enfocar este artículo a hablar acerca de los muchos tipos de proteínas que existen.
Antes de nada, es imprescindible hacer referencia a los dos tipos de aminoácidos que las forman para comprender mejor su estructura.
Son estos:
- Aminoácidos esenciales. Reciben esta denominación todos aquellos aminoácidos que no pueden ser fabricados por el organismo. Por tanto, es necesario obtenerlos a través de la alimentación.
- Aminoácidos no esenciales. Como podrás suponer, son los aminoácidos que sí puede generar el cuerpo a partir de los esenciales.
2. Origen de las Proteínas
Es posible hacer una separación entre las proteínas conseguidas a través de productos de origen animal y de origen vegetal.
De hecho, la calidad y las características intrínsecas de ambas es muy diferente…
Un primer criterio de clasificación de proteínas sería este, por lo que vamos a verlas en detalle:
Proteínas de origen animal
Evidentemente, los animales tienen un código genético mucho más parecido al nuestro que los vegetales. En tal caso, la cantidad de aminoácidos que contienen sus proteínas es muy similar a la de las nuestras.
Por tanto, se considera que estas tienen un alto valor biológico
De hecho, la carne animal posee todos los aminoácidos que necesita nuestro organismo y en las cantidades justas en que los precisa.
Proteínas de origen vegetal
Los vegetales también son magníficas fuentes de aminoácidos. A pesar de ello, el problema radica en que no disponen de la cantidad suficiente ni la proporción acertada.
Por ello, para conseguir proveer al organismo de todos los aminoácidos que necesita a través de estos alimentos, es necesario combinar varios tipos.
3. Proteínas simples y complejas
Llegados a este punto y una vez comprendidos las diferencias que existen entre las proteínas contenidas en distintos tipos de alimentos, llega el momento de hablar de la composición de estas.
En este sentido, para otra forma de clasificación de proteínas podemos hablar de dos grandes grupos, los cuales son:
Proteínas simples
Se denominan simples a todas aquellas proteínas compuestas, única y exclusivamente, por aminoácidos o derivados de estos.
Además, cuando son hidrolizadas por las enzimas, los ácidos o los álcalis, producen para el organismo aminoácidos únicos.
Proteínas conjugadas o complejas
En resumidas cuentas, se utiliza este término para denominar a todas aquellas proteínas simples que presentan algún componente no proteico dentro de su estructura.
los cuales reciben el nombre de grupos protéticos
- nucleoproteínas (proteína más ácido nucleico),
- glicoproteínas (proteína más hidratos de carbono),
- fosfoproteínas (proteína más fosfato),
- cromoproteínas (proteína más un pigmento cromático),
- lipoproteínas (proteína más lípido), y
- metaloproteínas (proteína más ion metálico).
4. Tipos de proteínas según su función orgánica
Como ya hemos comentado en párrafos anteriores, las proteínas que llegan al organismo mediante los alimentos no son utilizadas han de ser descompuestas y metabolizadas para generar otras diferentes que ayuden a realizar todas las funciones del organismo.
De hecho, este proceso consiste en romper los enlaces peptídicos y separar los aminoácidos para generar proteínas completamente diferentes.
Proteínas estructurales
Son indispensables para la composición de todos los tejidos que forman parte del organismo y, por ello, reciben esta denominación.
Dentro de este grupo se engloban, por ejemplo:
- el colágeno, el cual se encarga de ejercer como sostén y de formar tejido conectivo en los cartílagos, la piel, los tendones, los huesos y los músculos;
- la queratina, la cual forma parte de las uñas, los dientes y el cabello; y
- la elastina, una macromolécula que aporta flexibilidad y elasticidad a los tejidos de los músculos y los órganos.
Proteínas hormonales
Las hormonas son, en pocas palabras, las proteínas secretadas por las células que forman las glándulas endocrinas.
Su principal función es la de transmitir señales entre las diversas células que componen el organismo y, por ello, viajan constantemente por el torrente sanguíneo y también reciben el nombre de ‘mensajeros químicos’.
Proteínas enzimáticas
Las enzimas se encargan de acelerar las reacciones que acontecen dentro de las células y, por ello, también son denominadas como catalizadores.
En general, son las proteínas encargadas de convertir el glucógeno y glucosa y juegan un papel imprescindible en las funciones hepáticas, digestivas y de coagulación sanguínea.
Proteínas de defensa
¿Sabías que los anticuerpos son, fundamentalmente, proteínas? Pues es exactamente así.
Además, la inmunoglobulina también está compuesta por este tipo de macromoléculas.
Por tanto, también son responsables de proteger el organismo de la acción de virus, bacterias, hongos y, en general, de todo tipo de microorganismos que puedan afectar negativamente la salud y el bienestar de la persona.
Proteínas transportadoras
Sin este tipo de proteínas los nutrientes obtenidos durante la digestión de los alimentos no podrían llegar hasta las células.
Pero, además, también transportan otros muchos tipos de sustancias y elementos.
Por ejemplo, la hemoglobina lleva el oxígeno captado por los pulmones hasta todos y cada uno de los tejidos del cuerpo para que puedan funcionar.
De igual modo, la mioglobina absorbe este oxígeno y lo da a los músculos. Asimismo, la albúmina es encargada de acarrear con las grasas por el torrente sanguíneo.
Proteínas de almacenamiento
Nuestro organismo siempre está preparado para períodos de escasez y, por ello, se encarga de almacenar todo tipo de sustancias para poder hacer frente a un déficit llegado el momento.
Este proceso es llevado a cabo por las proteínas de almacenamiento, las cuales se encargan, por ejemplo, de guardar determinados minerales como el hierro, un mineral indispensable para la formación de la hemoglobina a la que ya hemos hecho referencia en el párrafo anterior.
Proteínas contráctiles
Las dos principales son la actina y la miosina y están presentes en todos los tejidos musculares que forman parte del organismo.
De hecho, su principal función es la de regular la fuerza y la velocidad con las que estos se contraen
Proteínas receptoras
¿Alguna vez te has planteado por qué tienes sed o por qué posees la imperiosa necesidad de comer un determinado alimento?
Pues, en su origen, estas reacciones se deben a las proteínas receptoras, pues su principal función es la de controlar las sustancias que entran y salen de todas las células como, por ejemplo, los minerales, el agua y, en general, todos los nutrientes.
Por ello, llegado el caso de detectar un déficit de alguna sustancia, se encargan de estimular las glándulas endocrinas con el propósito de que secreten hormonas tales como la insulina y la epinefrina o, directamente, activan las enzimas del sistema digestivo.
Conclusiones
Puede que, antes de leer este artículo, pensases que las proteínas solo tenían la función de crear tejido muscular.
De hecho, si eres deportista y tomas habitualmente suplementos de proteínas con el propósito de ganar volumen y tener unos músculos más grandes y mejor definidos, ya sabes que también estás aportando a tu organismo el combustible que necesita para llevar a cabo todos y cada uno de los procesos vitales que ha de llevar a cabo.
Por esta razón, también es especialmente recomendable que cuides tu dieta todo lo posible a partir de un perfecto equilibrio entre alimentos de origen animal y vegetal
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